Satoshi en Venezuela

Compré un dulce típico en un pueblo de Venezuela usando la Lightning Network.

Hoy es un día normal como cualquiera otro en mi rutina diaria de freelance ajetreado por la cantidad de emails de mis clientes. Todo tipo normal, pero con un pensamiento rodeando mi mente: Lightning Network.

Hago un stop me tomo una taza de café respiro hondo y me detengo a pensar ¿Que tal si abandono mi micro-oficina y salgo de mi zona de confort un rato ?.

Serían eso de las 9 de la mañana de un jueves. Tras la previa instalación de un monedero de Lightning Network  llamado Wallet of Satoshi, que a mi parecer tiene la mejor interfaz de usuario (UI) de las que hay en el mercado, a pesar de ser custodial, y tras añadir unos satoshisitos a mi saldo, me propuse salir a tratar de comprar algunas cosas con esos satoshis en cualquier comercio que estuviese dispuesto a aceptármelos.

Llegue así al pueblo de San Diego de los Altos, Municipio Carrizal, en el estado Miranda. Fui a la Plaza Bolívar, un lugar que visito con frecuencia, y me dirigí a un pequeño comerciante al que estoy acostumbrado a comprarle dulces típicos Venezolanos. Dado que en esa ocasión estábamos en plena época decembrína, quería un turrón y no solo eso; quería pagarlo con mis satoshis.

Saludo al señor muy cordialmente y le compro un dulce de coco con bolívares. No era el objetivo principal, pero era parte de mi estrategia para iniciarlo en Bitcoin y la tecnología de LN. Empezamos hablar de diferentes temas y tocamos el petro; tema que me sirvió para informarlo de esta shitcoin y hablarle sobre bitcoin y sus bondades.

El comerciante se interesó por Bitcoin, sorprendido por sus bondades de efectivo digital y además, por como podía solventar su problema con el efectivo físico en bolívares (el cual es de difícil acceso actualmente). Aproveché para darle una inducción sobre Lightning Network, y cómo esta tecnología de micro pagos podía ayudarle a solventar sus problemas de pago inmediato.

El señor, curioso pero temeroso de que le fuera a vender un producto de Avon ó Herbalife, accedió a instalar la wallet de LN, y una vez instalada en su teléfono, (que era el teléfono de su hijo, por que, como cosa rara en Venezuela, le habían robado el teléfono), procedo a comprarle el bendito turrón con satoshis directamente a su monedero.

Así hice mi primer intercambio comercial de satoshis a través de la red de LN por un producto.

La verdad es que fue muy gratificante, no solo por el uso de la tecnología, sino también por sentir que en ese momento y en ese pequeño lugar del globo terráqueo, había ayudado a una persona y a mí mismo a ser parte de este sistema libre y descentralizado llamado Bitcoin.

Honestamente se siente bien ayudar a otros a formar parte de está revolución financiera que nos hará libres para custodiar y disponer de nuestro propio dinero, bajo un sistema descentralizado, en el que no necesitas rendir cuentas a nadie salvo a ti mismo.

No obstante surgieron dudas por parte de mi amigo el comerciante, el marco legal de Bitcoin en Venezuela y su libertad de uso. Respondí que Bitcoin es una criptomoneda autónoma y por ende no rinde cuentas a nadie, pero sin embargo, como no hay un marco legal referente a su uso en Venezuela igual tenia que estar atento en temas de impuestos.

Finalmente me despedí del comerciante deseándole éxito en su negocio, no sin antes adicional al pago con sats, ofrecerle el pago en bolívares, por el bendito turrón, más por un asunto de generar mayor confianza. Sin embargo, él no acepto y eso me hizo sentir mejor porque entendió el mensaje sobre el uso de BTC y LN. Igual quedamos en seguir con la segunda parte de la inducción.

Tengo que confesar que me sentí súper bien, como si hubiese ayudado a una persona con un problema de discapacidad y quizás a sí lo fue. Para nadie es un secreto la terrible situación económica que atravesamos los venezolanos. De esta manera sentí que hacía mi buena acción del día, enseñándole a usar esta tecnología que nos abre las puertas a la tan deseada libertad económica.

“Nunca guardes todo tu dinero en el país donde vives, porque puede pasar algo. Y generalmente, pasa.”
Adam Smith
Economista Inglés (1723-1790).

Texto: José Azor